El Dragón simboliza el poder y la riqueza; es el signo del emperador de China; encantador y brillante, despide vitalidad, fuerza y atrae con magnetismo y extravagancia.
Las personas nacidas bajo la influencia del Dragón cautivan por su carisma personal y están acompañadas de buena suerte. Se sienten especialmente atraídos por las cosas extrañas y exóticas.
Se muestran activos e interesados por el mundo que les rodea; les encanta participar en causas de gran envergadura. El Dragón puede alcanzar grandes sueños si logra dominar su imaginación y canalizar su enorme energía para encausar algunos de los tantos proyectos que se le ocurren, en su mayoría irrealizables. Si su energía, inteligencia y talento encuentran la vía adecuada pueden obtener grandes resultados; por ejemplo puede utilizar su gran habilidad para predecir tendencias.
Atraídos por el ocultismo, el teatro y todas las artes, es muy derrochador y siempre vive por encima de sus posibilidades. Su mayor debilidad es su egocentrismo, superficialidad y su necesidad de ser el centro de atención. Se pone bravo cuando se tropieza con alguien que no cae rendido a sus encantos. Poco altruista, le cuesta ponerse en el lugar del otro, falto de paciencia, intolerante y cometiendo errores de juicio, puede resultar muy desagradable frente al dolor del otro.
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